// XVII Premio Poesía Joven Ciudad de Tomelloso //
Hay miradas tristes resbalando esquinas
ávidas de no paisajes grises
o cemento invertebrado;
águilas buscando desfiladeros nuevos
confundidas por la luz de las farolas.
Hay flores marchitas en primavera
esperando la guarida del invierno,
osos que hibernan cada verano
en Torrevieja,
motores que gruñen o ronronean
pidiendo un cuenco de queroseno en lata.
Hay dormitorios vacíos y sábanas revueltas
apenas tibias;
sexo circunscrito
beso entre comillas
líquido de frenos
giro, volantazo;
sogas que raspan
toallas viejas.
Un ritmo de caderas al plasplás establecido.
Hay días que me parecen
ciudad-jungla-ciudad-desierto,
días de ceda el paso y semáforos en rojo.
Veo cebras que pasan
y esconden abismos asfaltados
bajo traviesas de leche desleída,
bajo huellas ajenas borradas de nuevo.
Veo sonrisas muertas
colgando de escaparates,
precios y etiquetas pegajosos
por babas transparentes
que resbalan los cristales.
Hay retinas tatuadas,
mandíbulas entumecidas,
manos que sudan
en bolsillos vacíos inquietantes
como bombas dormidas.
Veo macizos de cemento
y pútridos ríos subterráneos
enjaulados en alcantarillas.
Veo gentes que vagan
al son de la ciudad implacable.
Gentes sin amanecer
ni despedida.
XVII Premio Poesía Joven Ciudad de Tomelloso.